miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡Nos mudamos!

Bueno, he decidido cambiarme de blogger a wordpress. Sinceramente, me gusta más la edición del diseño de blog, me resulta más fácil para escribir y me parece más completo. Creo que era necesario avisar por aquí porque no quiero pillar a nadie desprevenido, este blog seguirá abierto un tiempo mientras decido finalmente si me quedo o no en wordpress.
Solo cambio de página web y diseño, las entradas son las mismas, de hecho ya he importado todo lo que había en este blog, y el estilo de las entradas será el mismo. Espero que sigáis leyéndome, comentando y sintiéndoos identificad@s con mis textos, que esa es la razón por la que escribo. Y ya sabéis, ¡a seguir el nuevo blog y a seguir leyéndome!
Muchas gracias a todos los que me leeis y me seguís. Beeeeeeeeesos <3

Dejo el enlace aquí: Hunting for freeedom

sábado, 12 de septiembre de 2015

Soy fan de ti.


Soy fan de las relaciones a distancia, porque creo que están hechas para valientes; de los besos con sentimiento, porque son los que de verdad tienen sentido; de las pelis de amor y de los libros románticos, porque soy una cursi; de las noches de manta y peli, creo que no hace falta decir por qué; de la música y de la escritura, porque es la única manera que tengo para sacar lo que llevo dentro.
Soy fan de los mayores que siguen siendo niños, porque se niegan a perder su esencia; de las sonrisas, de las carcajadas y de las lágrimas; de los propósitos a fin de año, a mitad de él, o cuando sea; de las personas que luchan por cumplir sus metas, de las que se levantan después de una caída y de las que siempre buscan una razón por la que sonreír; de las que se lanzan a la piscina, o al mar; de los que todavía tienen sueños y se niegan a dejarlos a un lado, de los que los cumplen; de los amantes que luchan por amor y de los que ganan la batalla; del chocolate, la pizza y de una buena hamburguesa; de los abrazos que duran más de 10 segundos, de dos labios que se niegan a separarse, de los reencuentros y de las primeras citas; de los amores "a primera vista", de los mejores amigos y mejores amigas, de las hermanas y de esas personas que son tu otro yo.
Soy fan de todas y cada una de las cosas que nos alegran los días, de las cosas que nos producen sonrisas o que nos hacen llorar de alegría, de todo lo que le da sentido a la vida, por muy pequeño e insignificante que parezca.
Soy fan de los pequeños detalles que me hacen sentir viva, y me hacen querer vivir mucho más tiempo.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Need you by my side.

Supongo que desde que no estás en mi vida, marcaste un antes y un después. Nunca pensé que podría querer a alguien en las condiciones en las que estábamos, pero lo hice. Conseguiste calarte en mí, y cuando estaba rota conseguiste hacer que doliera un poco menos. Pero mira, ahora eres tú quien ha venido a destruirme un poquito más, a dejar un pequeño hueco lleno de recuerdos que no aumentarán, a dejar un diminuto (aunque doloroso) vacío en mí.
Simplemente alegrabas todos y cada uno de mis días, y no pedía nada más que escuchar tu voz una noche más, y otra más, y otra... 
Solo pedía que no te fueras nunca de mi vida. Porque desde que estabas..hacías que fuera mejor, me completabas. He escuchado mil te quieros, mil de esos que son mentira, pero pocas veces habían conseguido erizarme la piel simplemente llamándome cariño. Pocas veces habían conseguido que desprendiera alegría solo con decirme que estaba guapa, a pesar de estar con esas pintas que solemos llevar al andar por casa. Pocas veces había sentido la magia, esa que se transmite desde el principio, esa conexión al irse conociendo.
Eras de esas personas que consiguen hacerte sentir mariposas en el pecho sin ni siquiera tocarte. De esas a las que no le importa tener que hacer el payaso para sacarte sonrisas. De esas que hacen que la distancia se note un poco menos. De las que te dicen..venga, vamos a ver una peli de miedo juntos, porque sabe que quieres verla, pero no sola.
Y ahora...ahora no estás. Y la verdad, solo tengo ganas de correr e intentarlo otra vez, y juro que no me faltan las ganas. Pero no puedo obligarte a quererme como yo te quiero;

domingo, 30 de agosto de 2015

But if you loved me, ¿why'd you leave me?

Solo sé 
que me prometiste ser aire. 
Y aquí estoy. 
Intentando
aferrarme al suelo.
Intentando 
olvidar por qué razón
decidí fiarme de ti.
Por qué razón
dejé que tú fueras mis alas.


Solo sé 
que me dijiste para siempre.
Y aqui estoy.
Intentando 
no creerte demasiado.
Intentando 
no volar para no hacerme daño 
cuando mis alas se rompan. 
O mejor dicho, 
cuando tú te vayas.

martes, 18 de agosto de 2015

Es hora de despedirse.



Puede ser que ya no cuente sonrisas porque no son tuyas.
Puede ser que ahora levantarme por las mañanas ya no tenga sentido porque no estarás tú.
Puede ser que los días ya no sean días desde que no los comparto contigo.
Puede que algún día me despierte y las ganas vuelvan, o puede ser que vuelvas tú y las ganas contigo.
Quizás nos crucemos algún día o puede que te vea en cada cruce  pero no seas tú.
Es triste pensarte y saber que tu no lo harás, quererte y no poder tenerte, sentirte tan lejos necesitándote a tan pocos centímetros.
Es difícil decirte hasta nunca queriendo escuchar para siempre, despertar sola necesitando abrir los ojos y tenerte al lado, mirar tus mensajes y comprender que son de ya hace tiempo.
Creo que nadie está preparado para las despedidas, y menos si son como la nuestra. Tuve que despedirme de cada beso que no te di, de todos los abrazos que me faltaron, de las caricias que no me rozaron, de unos brazos en los que nunca me acurruqué. Tuve decirte adios cuando jamás nos habíamos presentado, en realidad.


Fotografía: Tamara Álvare

miércoles, 8 de julio de 2015

When I was your man.

Creo que sólo estaba esperando a que llegara alguien y me sacara de este infierno. Pero no. Sólo me he hundido aún más. No siento, no padezco. Me mantengo indiferente a lo que sucede a mi alrededor.
Es jodido eso de querer a quién no te quiere, pero no sé si es peor que te quieran y no querer. Qué estúpidos somos a veces por amor. Qué estúpido es nuestro corazón. He decidido cerrarlo con candado porque todo en él es dolor. Dolor a mí misma y a los demás, y ya me he cansado. No quiero darle la oportunidad de hacer más daño o recibirlo, que viene siendo lo mismo.
Me han roto de nuevo. La culpa es mía, en realidad. ¿Sabéis? Me he acostumbrado a vivir absorta en un mundo a parte, entre sueños. Voy cayendo poco a poco, pero no me entero, hasta que choco contra el suelo, y ya no hay vuelta atrás. Duele acostumbrarte a alguien y tener que dejarlo a un lado porque sabes que sólo te harás más daño. Supongo que comienzo a tomar decisiones maduras, por fin. Esto no nos llevaba a nada, esa es la verdad. Y aquí estoy, destrozada en pedazos una vez más.
Pero sin duda, lo peor que puede pasarle a alguien es decepcionarse a sí mismo. Y os juro que estaba acostumbrada al desamor, pero no estaba preparada para esto. No estaba preparada para ser yo quien hiciera daño, y no quería, en serio. Simplemente me siento como la mierda más grande de este mundo, y con razón. Supongo que el miedo a veces puede con nosotros, y simplemente dejamos el tren pasar, suponiendo que ya llegará otro al que nos subamos con seguridad.
Dolor multiplicado por dos, y pum, fin de la partida.

viernes, 3 de julio de 2015

Mi mano te busca y nunca te encuentra.

No te imaginas la de veces que recibí un mensaje esperando ver tu nombre...y no. La de veces que me dormí deseando estar entre tus brazos o la de tardes que he dedicado a leer nuestras conversaciones antiguas. Sí, del pasado, porque eso es lo único que queda, porque nos hemos quedado sin tinta.
Despareciste de mi vida sin previo aviso y me descolocaste por completo, lo triste es que ya no era la primera vez.
Son tantas las noches que me despierto entre sollozos...y es que ya no tengo tu voz para calmarme cuando me encuentro mal. No tengo tu risa para alegrarme los días ni tengo tus canciones para poder trasnochar sin problema alguno. No te tengo a ti. Supongo que nunca te he tenido, aunque creía que podría algún día. Creía que me acurrucaría en tu pecho y podríamos vencer a la distancia.
Ya sabes que tengo la jodida manía de ilusionarme rápido y perdonar a la mínima. ¿Y qué me queda ahora? Los días pasan, y no te importa no tenerme a tu lado, nunca te ha importado. De nuevo estoy rota, porque he decidido confiar y me has vuelto a fallar. No te culpo, hiciste lo que se supone que era racional, decidiste ser realista. Mientras yo me hundía entre sueños y deseos, tú seguías con tu vida y no me daba cuenta.
Pero vuelves. ¿Por qué vuelves? Si te vas vete de una vez. Vuelves como por obligación, como haciéndome sentir una muñeca de trapo con la que juegas cuando no tienes otra diversión. Como si pudieras desaparecer sin ninguna explicación y volver cuando te de la gana. Y duele.
Simplemente duele, estoy vacía. Te quería, aunque parezca una gilipollez, te quería. Me dabas la vida con cada sonrisa, y te juro que se me removía algo adentro cuando escuchaba tu voz. No voy a mentirte y decirte que estaba enamorada, no lo estaba. Pero estoy convencida de que lo estaría, de que en el momento en el que te tuviera a centímetros el corazón se me saldría del pecho y solo me quedaría reconocer que llegaste a mi vida y la cambiaste a mejor.
Te echo de menos.                                                                                                               C

sábado, 20 de junio de 2015

Quédate conmigo.

Sé que no tengo derecho a pedirte que te quedes, pero no te vayas.
Me acostumbré a trasnochar a tu lado y a dormir con tu risa taladrandome la cabeza. A estudiar con tu vocecilla de fondo cantando canciones que no conozco, y que a pesar de desafinar, suenan tan bien.. A levantarme y ser mis buenos días y a acostarme y darme unas mejores noches.
Me acostumbré a ti como un niño a su peluche favorito. Como un yonki a su droga. Como un pájaro a volar. Como un pez al mar.
¿Y dime qué va a ser de mí si me faltas? Dime que voy a hacer sin tus insultos cariñosos, sin las películas de miedo compartidas, sin los sueños a medias, sin las promesas, sin tus interrupciones o sin ese día al mes que daba gracias por haberte conocido.
Por desgracia ha pasado el tiempo, y todas esas preguntas que me hacía han obtenido respuesta con tu partida. ¿Y que hago ahora sin ti? Supongo que acostumbrarme a vivir así, y a pesar de tu ausencia, ser feliz. 

domingo, 14 de junio de 2015

Es otra noche que no llegas.

Prometí que esta sería la última vez que volvería a hablar de amor. Me lo prometí a mi misma. No de amor, sino de desamor. Prometí que sería la última vez que volvería a llorar por alguien y que volvería a pasarlo mal, en definitiva. Prometí que aprovecharía cada momento, que sería feliz, que derrocharía alegría y que ningún tío me amargaría la existencia. Pero aquí estoy una vez más sufriendo por alguien que en realidad no se merece mi tristeza, o eso ha demostrado.
Cuando sufres por amor tienes más cuidado, vas más despacio, vas con pies de plomo. No quieres pasarlo mal por nadie así como así, creo que es obvio. De los errores se aprende -o eso dicen-. 
Cuando le conocí no pensaba que todo llegaría hasta este punto. No pensé que le llegaría a coger cariño y que mis ilusiones girarían en torno a que formara parte de mi vida. No pensé que llegaría a ser alguien tan importante porque no parecía que lo fuera a ser. Parecía un pasatiempo para no aburrirme. Pero cuando le conocí realmente... cuando compartí risas, cuando compartí noches, cuando compartí momentos, cuando compartí canciones, cuando compartí secretos, cuando compartí vida... descubrí que era mucho más que eso, que había conexión, que había química -o eso decía él y eso sentía yo-. 
Llegué a un punto en el que confié en él aunque había prometido que jamás confiaría en un tío de nuevo, pero confié en él. Y tan pronto decidí confiar, desapareció. Tan pronto le di una oportunidad, se esfumó de mi vida como si nada. Y volví a ponerme esa coraza. Volví a ponerme esa coraza hasta que volvió. Volvió y le perdoné. No para tener una relación con él, sino para ser amigos. Llegó y rompió todos mis esquemas una vez más haciéndome ver lo que era realmente la ilusión de un amor nuevo, lo que de verdad era querer formar parte de la vida de alguien y esas ganas de compartir momentos. Me hizo sentir como si no me faltara nada a su lado y que quisiera tenerle en cada una de las facetas de mi vida.
Entonces caí otra vez y le perdí de nuevo. Y no sé porque, ya que cuando volvió él conocía todos mis defectos. Se fue de un día para otro, creo que nunca fue consciente de lo que yo realmente sentía. No le quería, pero sabía que si pudiera, lo haría. Tenía todo lo que buscaba en una persona.

A veces llega alguien a tu vida que si se quedara te haría inmensamente feliz, pero se va. Y aunque sabes que va a volver, no puedes permitírselo, porque el daño ya está hecho. Lo siento, pero no doy más de segundas oportunidades.

sábado, 6 de junio de 2015

Punto de inflexión.


Supongo que llevo unos cuantos días rota por dentro. Supongo que tu partida ha significado un punto y a parte en mi vida. Siento que las ganas de amar se me agotan poco a poco, y no es solo por ti, es por toda la mierda que llevo a cuestas. Se podría decir que tú has sido mi punto de inflexión, simplemente porque después de todo el dolor decidí confiar en ti y una vez más me he equivocado. No sé si es mi culpa, o si ha sido la tuya por prometer para luego desparecer. Lo único que sé es que he llegado a una situación en la que por mucho que quiera mi cabeza me impide confiar en nadie más así como así. 

No sabría decir si eso es bueno o malo, pero mi corazón se niega a que sigan entrando y saliendo nombres como si de una estación de tren se tratara. No permitiré que ningún chico defina mi estado de ánimo, pero el vacío en mi corazón sigue ahí. Cuando te conocí hubo una química especial, eso creía. Y después de este tiempo de sonrisas, duele que vuelvas a irte a pesar de lo vivido. Pero lo que duele aún más es saber que como siempre, vas a volver, y yo no podré dejarte entrar en mi vida por mucho que quisiera.


Estoy en una etapa de mi vida en la que aunque no me guste necesito tomarme un tiempo para mí misma, por que sino volveré a caer, volveré a confiar y me volverán a fallar. Porque ahora mismo soy vulnerable, y supongo que tengo una curiosa manera de elegir a las personas con las que quiero compartir mi vida. En realidad tomo unas elecciones pésimas. Por eso necesito cerrarme al amor, creo. Estoy cansada de que mi lista de imposibles crezca, de que nunca funcionen, de no ser lo suficientemente buena, de seguir sumando amores con fecha de caducidad.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Una bala perdida.

¿Sabéis lo que es encontrar a tu media naranja? No, no hablo de amor. Creo que esta es de las pocas veces que no escribo sobre él o sobre mi roto corazón. Hoy vengo a hablar de algo diferente pero igual de especial. Porque sí, porque tenía ganas y por que hacía mucho tiempo que no decía lo agradecida que estoy por haber conocido a mi niña preferida.
Hoy vengo a hablar de la amistad, de la razón por la que comencé a soñar, a caerme y volverme a levantar, por la que comprendí que la distancia solo son números y que si quieres puedes. Hoy vengo a hablar de la persona que me cambió la vida, y no por ser tan buena amiga, por que por suerte tengo a mi lado a personas increíbles, sino porque simplemente me complementa, es igual a mi y diferente. No quiero decir que sea mejor o peor que las demás, simplemente es especial, es yo pero al revés.
A lo largo de la vida conoces a muchas personas. Unas se quedan y otras deciden tomar un camino diferente al tuyo. Entre las que se quedan, normalmente, son personas diferentes a ti, personas que te hacen ver la vida desde otra perspectiva, personas en las que en algunas cosas eres igual pero en la mayoría diferente. A pesar de ello, personas que permanecen en tu vida, que te hacen feliz, que aprenden a complementarse contigo, que se convierten en imprescindibles y que sencillamente te hacen sentirte agradecida por tenerlas en tu vida. Pero por suerte también te cruzas con alguien especial, con alguien demasiado parecido pero distinto a la vez. La verdad es que aún no tengo claro como explicarlo. Simplemente es otra persona importante en tu vida pero con la que compartes sueños, deseos, pensamientos, miedos, pasiones. Como a nosotras nos gusta decirlo, una es el sol y otra la luna, pero las dos formamos parte de un mismo día. Supongo que esa es la mejor explicación que puedo daros.
En mi caso me crucé con la que ahora es mi mejor amiga, mi compi niñez, mi delfina, mi pequeña, mi niña y cómo no, una parte de mí. Recuerdo que simplemente me convirtió en quién soy y en quién realmente era. Cuando le conocí creo que no se daba cuenta de lo mucho que me ayudaba su presencia en mi vida, de hecho creo que nunca se ha dado cuenta, pero sí, llegó y comencé a vivir. Siempre, siempre ha sido uno de mis mayores apoyos. Cuando le conocí ya estaba rota, o estaba en proceso, pero os juro que nunca había visto a alguien tan joven y tan fuerte a la vez. De ella aprendí a serlo yo, y aquí estoy, luchando por las dos cuando hace falta y viceversa. Me enseñó la verdadera amistad, porque a decir verdad, hasta el momento no había conectado nunca con nadie como con ella, y sí, aprendí a quererla con la distancia a cuestas, y aquí seguimos, aunque a algunos le parecía ridículo. Fue las primeras letras de las que me enamoré, porque compartíamos lo más importante para mí, mi vía de escape, mi vida: la escritura. Y me encantaba cada texto que escribía porque transmitía toda la pasión que yo también sentía, el amor por las letras.
Ya ha pasado el tiempo, mucho tiempo. Más de dos años son los que llevamos juntas pero separadas, y aunque no se lo diga mucho, fue mi bote salvavidas, porque gracias a ella aprendí a ser fuerte, porque cuando una cae la otra está ahí para levantarla y así siempre. Simplemente porque me cambió, y gracias a ella me encanta quién soy. Y que aunque a veces parezca que no pueda más, siempre encuentra la manera de seguir adelante. Se piensa que yo soy la fuerte, pero lo que no sabe es que lo soy porque ella me enseñó. Porque al ser mi otro yo, vi todos mis miedos y mis sueños reflejados, y porque gracias a ella aprendí a tirarme a la piscina de cabeza.
Porque dentro de esa chica hecha pedazos, yo solo veo fuerza.


sábado, 23 de mayo de 2015

Mi más sentido bésame.


Y qué ganas de verte y comerte la vida. Lo siento si he llegado a la conclusión de que no quiero que te alejes nunca de mí, si compartirte me resulta imposible. Lo siento si te pido que estés cada día y que compartamos cada noche. Lo siento si quiero dormir y despertar entre tus brazos.
 Parece una locura ver a donde ha llegado todo esto, y que después de todo este tiempo sigas a mi lado, haciéndome reír, y sobre todo haciéndome feliz.

Y es que aunque muchas veces ni siquiera pueda verte has conseguido permanecer en mi vida y conseguir un lugar únicamente tuyo, has conseguido sacarme diez mil sonrisas y has conseguido conocer una parte de mí que pocas personas conocen. Me has hecho soñar, me has sacado mil carcajadas, has conseguido que te cante de alegría y me has hecho descubrirme a mí misma un poco más. Que es cierto eso de que si quieres puedes y que solo espero que todo lo que hablamos ocurra cuando llegue el momento.
Perdóname si a veces me enfado, o si te grito, o te insulto, o sin querer la cago. Pero hoy quiero que seas tú la persona que permanezca en mi vida, porque como tú siempre dices, "tenemos química". Y mentiría si te dijera que no me muero por hundirme en tus brazos y que me inundes a besos. Mentiría si te dijera que no tengo miedo, miedo de que desaparezcas y esta vez no vuelvas. 
Por que ya te has ido y has vuelto, y a pesar de ello me siento como si estuvieras siempre aquí, como si nunca nos hubiéramos despedido y cogido cada uno un camino. Pero vuelves, vuelves con esa manera tan tuya de ser y de hacerme ser, y algo en mí se activa, y vuelves a invadir mis mayores deseos.
Así que por favor, no me falles nunca.

domingo, 10 de mayo de 2015

Contigo en condicional.

Entre el sí y el no intermitente de nuestro amor. Entre el querer y no poder de cada día. Entre el despertarme pero seguir dormida porque tú no estás en mis brazos, como siempre.
Supongo que al final acabas acostumbrándote a que la gente se aleje, a que todos decidan que no eres la mejor opción. Supongo que te acostumbras a sus idas y venidas, y ya deja de doler cada herida. Supongo que el confiar en alguien y que te falle una vez más te hace darte por vencida, y no luchar por más imposibles, supongo que comienzas a creer que el amor no puede surgir así sin más. Que te conviertes en una persona no de palabras, sino de hechos. Quizá estás tan cansada de dejar que cualquiera entre en tu vida para luego irse así sin más que simplemente te niegas a intentarlo, porque siempre acaba igual. Sabes que te mereces más, pero a pesar de ello acabas siempre por los suelos, decepcionada y prometiéndote que esta será la última vez. Supongo que de nuevo esto es una despedida, una pérdida más.
Pero saldré adelante, como lo hago siempre, porque puedo ser feliz por mí misma, y porque la vida sigue y el tiempo nos sobra de momento.

jueves, 30 de abril de 2015

Y la vida no se detiene por nadie.

Te pasas mucho tiempo hundida, vacía. Buscando alguna razón para salir a flote y no encontrándola. No tienes ganas de comenzar un día nuevo, ¿para qué? Simplemente dejas que las horas pasen, sigues con tu rutina, hasta que de pronto llega algo que te hace abrir los ojos. Quizá es que ves como todos siguen con su vida mientras tú estás ahí, estancada.
Comienzas a ver lo bonito de cada día, el cumplir sueños, el ponerse propósitos, el madurar, el crecer, el quererte sin buscar una razón, el dar y recibir amor. Y cuando te das una oportunidad a ti misma, comienzas a dársela también a los demás. Comienzas a despertar con una sonrisa, a disfrutar del día a día, a sonreír. En definitiva, comienzas a ser feliz.
Supongo que deberías agradecerle que te rompiera el corazón, porque gracias a ello has salido adelante y has conocido una parte de ti que no sabías que existía. Has sacado fuerza de donde no la tenías y has salido viva de un impacto brutal. Has aprendido a recomponerte a pesar de la rotura y a levantarte por muy grande que fuera la caída.
La vida es bella, y no se había dado cuenta hasta que sintió haberla perdido y ansió volver a tenerla. Y ahí está, completa. Cuando pensaba que no podía más aprendió a darle un giro a la vida, y tomó las riendas de su felicidad, porque ser o no ser feliz depende de uno mismo.
Y bueno, comenzó a abrir de nuevo su corazón, pero esta vez de verdad, sin que ningún capullo ocupe un sitio que no le pertenece, sin hacerle un hueco a alguien que no se lo merece. Pero un día...aparece él. Sin buscarlo, sin imaginarlo. Comienzas a sonreír cuando te acuerdas de él y las ganas de verle aumentan día tras día. ¿Quién diría que tu corazón volviera a tener ganas de arriesgarse y lanzarse en busca del amor? Así porque sí decides que él es el indicado, que por alguna extraña razón tiene el derecho de colarse en tu cabeza y hacerte pensar que ojalá fuera verdad, ojalá esta vez funcionara.
Y por momentos como estes, te das cuenta de que la vida seguía su curso, que te estabas perdiendo muchísimas cosas preciosas, que no merece la pena sufrir y que la vida pasa, y no se detiene por nadie.
Así que vive, como si hoy fuera a ser el último día que vieras salir el sol.

lunes, 13 de abril de 2015

Me levanto y me caigo

A veces me siento perdida, atrapada, encadenada de pies y manos. Veo mis metas tan lejos, y el camino para continuar a no aparece, no lo encuentro.
Hay momentos en los que la frustración me inunda, y mis opciones se agotan. Siento que quiero avanzar y no puedo, quiero cambios, y no los encuentro. El tiempo me carcome por dentro. Por que me guste o no, es cuestión de tiempo. En realidad eso es lo que más jode, saber que no puedo hacer nada, y que esta carga que llevo a cuestas no se irá porque no puedo hacer nada para que se vaya, porque no depende de mí. No por el momento.
Sabes de estas veces que tienes un sueño y harías todo lo posible por cumplirlo? Y cuando terminas de soñar, comprendes que no tienes opciones, que no puedes hacer nada por el momento. Tiempo, siempre lo mismo, tiempo. De verdad, he sido de las primeras que cuando han querido algo han luchado por ello con uñas y dientes, que no se han rendido hasta el final, pero... hay veces en las que no hay manera de luchar. La impotencia me invade y no quiero quedarme parada esperando a que llegue el momento para poder entrar en acción. Siempre he sido de las que se meten en la escena antes de tiempo y salen de ella más tarde de lo que deberían, a pesar de salir siempre quemada.

domingo, 22 de marzo de 2015

Tengo la cama vacía de sentimiento.

Dicen que un clavo saca al otro clavo, y que quién se cree eso no tiene ni puta idea de carpintería. Dicen que uno no, pero quizás veinte sí. Que el tiempo todo lo cura, y que cuando es amor verdadero nada ni nadie te hace superarlo del todo.
Y yo, que no tengo ni puta idea de nada de esto, digo que amor verdadero solo hay uno. Que los clavos están ahí tanto tiempo como tú decidas y que sí, que los recuerdos no se borran pero que el dolor tampoco es duradero. Que cuando quieras de verdad lo sabrás. De hecho compartirás vida con esa persona, y en ese momento da igual lo que hallas vivido o lo que quede por vivir. En ese momento vives el presente.
No sé nada del amor, y supongo que dado mi historial amoroso muchos consejos no puedo dar. Pero si algo tengo claro, es que alguien tiene tanta importancia en nuestra vida como la que le queramos dar. Que recordaremos a alguien tanto como le queramos recordar. Y que dolerá tanto como permitamos que duela. 
No podemos decidir lo que sentimos, pero sí podemos cambiarlo. Si nos esforzamos. 
Tiempo al tiempo, todo llega en su momento.

viernes, 20 de marzo de 2015

Pero se olvidó de que el hielo quema.

Seguí caminando, solo quería escapar de todo, así que en lugar de caminar, corrí. Seguí corriendo hasta perderme. Y no me importaba desconocer mi localización, porque ya llevaba demasiado tiempo perdida interiormente. Dejando que la vida pasara, caminando sin rumbo fijo. Llevaba demasiado tiempo rota, y hoy me daba cuenta por fin. Me daba cuenta de ello porque alguien había intentado formarse un hueco en mi corazón, y no había podido, porque...no tenía, solo quedaban pedazos. Y no quería eso, yo quería vivir, queria amor, quería encontrarme a mi misma de nuevo.
Supongo que el miedo me superaba. Sí, el miedo de que no fuera lo suficiente como para que alguien se parara y reparara mi corazón pedazo a pedazo, a que no llegaran a quererme como yo necesitaba. Supongo que tenía miedo a no volver a saber nada del amor. Hasta que llegó él, y todo el miedo, todo el dolor, se habían concentrado en una única persona.
Llegó con esas ganas de entrar en mi vida y abandonarla, y no me importó, al principio no. Pero con el paso del tiempo...comencé a temer al adiós, comencé a buscar una manera de que no llegara la despedida. Y desde ahí comencé a sentirme realmente perdida, porque lo único que quería era que me quisiera, y no tenía ni puta idea de lo que él sentía.
Supongo que seguí corriendo un rato así sin más, no lo recuerdo, la verdad. 
Simplemente perdí el sentido, esperando a que llegara él y me ayudara a encontrar el camino de vuelta

domingo, 8 de marzo de 2015

Carta a quien algún día dije te quiero.

Poco a poco fui comprendiendo que no dependo de nadie. Que si soy feliz es por mí y que sobre nadie recae la responsabilidad de sostener las piezas rotas de mi corazón. Con el paso del tiempo fui necesitándole cada vez menos, hasta llegar a lo que soy ahora. Prometí mil y una veces que no volvería a llorar por amor, supongo que fallé.
No sé. Hoy no es como todos eses días que pienso en ti. Hoy me siento bien, me siento orgullosa de mí y hoy solo quiero que seas feliz. Hoy te recuerdo como alguien que me enseñó a vivir de verdad, supongo que eso es bueno. Y es que lo nuestro fue bonito. Fue una de esas historias difíciles de contar, de esas que marcan, que cambian...pero que también duelen, queman. Hoy no quiero volver atrás, hoy quiero volver a amar de verdad, como contigo pero aún mejor, con final feliz. No, mejor dicho, sin final.
Fue bonito por la manera en que nos conocimos. Por como de un día para otro cambiaste mi vida. Por la casualidad. Fue bonito por como me fuiste ganando poco a poco y conseguiste sacar lo mejor de mí. Porque me enseñaste a querer de verdad, sin límites. A vivir, sin importar lo que pudieran decir de mí. Me enseñaste a crear un nosotros, a sentir lo que nunca había sentido por otros. Por como construimos poco a poco un amor incomparable, aunque más tarde lo destruyeramos, da igual.
Y te estoy tremendamente agradecida por hacerme al principio tan feliz, por hacerme comprender lo especial que soy y lo mucho que valgo. Por hacerme luchar tanto al final y hacerme dar todo y no rendirme a la primera de cambio. Gracias por enseñarme lo que es amar con todas las letras y también por hacerme fuerte. Porque desde tu partida ya no temo al amor. Sé lo que hay. Y hoy tengo ganas de enamorarme de nuevo, de conocer a alguien que no se vaya.
No voy a mentir, no te culpo de que todo haya acabado, sé que yo tuve la culpa al principio, que si yo te hubiera querido desde el principio y si tu hubieras  luchado al final esto no habría terminado. Pero sí te culpo de los daños cuando todo terminó, de hacerme sentir tan rota, de haberla cagado cuando todavía quedaba alguna oportunidad por ahí perdida. Pero qué más da. El pasado, pasado está.
Hoy te recuerdo como algo bueno, como parte de mi pasado, como una de las razones por las que ahora soy como soy y porque me siento orgullosa de ello, porque sé que nos desgastamos el uno por el otro, pero en tiempos opuestos. Y ese fue nuestro error, no saber compaginarnos. Aún así, gracias por todo, espero que encuentres a alguien que sepa vivir al mismo ritmo que tu y que os ameis al mismo tiempo. Espero conocer a alguien nuevo, que los dos amemos, que la vida nos sonría de nuevo.

viernes, 20 de febrero de 2015

Le vi y me sonrió.


Tenía ese tipo de sonrisa que viene y te reta, esa sonrisa que provoca y que con mirarla una sola vez te deja prendada. Pero no era su sonrisa simplemente, era la forma en la que lo hacía, la manera en la que sonreía. Como diciendo bésame sin decir nada en realidad. Como queriendo conquistarme. Él sabía lo que hacía, sabía que me calaba con esa jodida sonrisa. Con el tiempo comencé a conocer cada una de ellas, a reconocerlas. Sabía cuando sonreía por educación, cuando ocultaba lágrimas en su interior, cuando lo hacía por felicidad o en fin, cuando me sonreía a mí. Porque esa sonrisa era diferente, era única, era mía. Y joder, la de veces que soñaba con abalanzarme sobre ella y besar cada parte de su existencia. Pero por miedo o por quién sabe qué nunca lo hice. Hasta un día en que no pude contener más nada. Y le besé.

martes, 27 de enero de 2015

Entre la espada y la pared.

Se me eriza el pelo en solo recordarte,
que mi almohada está llena de cuando no estabas.

Es difícil asimilar cómo todo ha terminado.
Y saber que cada noche te recuerdo, mientras tú me alejas cada vez más. No quiero que vuelvas, claro que no lo quiero, pero los recuerdos duelen y quererte duele aún más. Te odié, no te imaginas cuanto lo hice, pero no puedo evitar morir por dentro cada vez que te pienso. 
Cada noche me ahogo en lágrimas, y joder, por qué estoy así después de todo? Después de las decepciones, después de saber la verdad. No sé, es duro eso de no tenerte. Es difícil eso de querer a alguien y saber que aunque podrías estar con él, no debes, no te conviene. Es un querer y no poder. ¿Algún día terminaremos con esto? ¿Algún día diremos adiós definitivamente? A veces querer no es suficiente. A veces solo quieres desaparecer y que todo este dolor pare. Pero no. No puedes. Tienes que seguir ahí, al pie del cañón. Y hagas lo que hagas solo el tiempo es la solución. 
Nunca quise perderte, nunca quise desviarme de tu camino. Pero ya son demasiadas putadas. Ya estamos tan desgastados...que aunque lo diéramos todo, no funcionaria. Porque nos guste o no, el daño está hecho. Ya estamos rotos, y no hay nada que nos pueda reparar. No, no podemos olvidarnos de lo pasado como si nada hubiera ocurrido. Yo no. 
Y no sabes cómo me gustaría hacerlo. Cómo me gustaría volver a enredarme entre tus brazos, volver a esconderme entre tus caricias. Pero la realidad se ha impuesto, y lo nuestro parece que no estaba hecho para durar. Porque no, porque hay cosas que no se pueden perdonar, y yo ya me he enfriado demasiado como para volver a arder a tu lado. Ya no puedo confiar más, no puedo amar, no quiero amar. No quiero darle a nadie la oportunidad de que me rompa un poco más, si es posible.

Dicen que se sabe si un amor es verdadero 
cuando duele tanto como dientes en el alma.

domingo, 25 de enero de 2015

Y con el tiempo pasó de arder a quedarse fría.

Me prometí ser fuerte. Y una noche más estoy aquí rompiéndome por ti. Supongo que es normal, no ha pasado todavía el tiempo suficiente. Tiempo, eso necesito.
Desde que se fue ya no me creo nada. No creo en nadie. ¿Cómo voy a confiar, si él, que lo era todo se fue? Si lo di todo y le perdí. Si dijo que me quería y no le importó el daño que me pudiera hacer, de hecho creo que eso era lo que pretendía, doler. Antes de él yo era de las que actuaban según el corazón, no importaban las consecuencias, no importaban los demás, hacía lo que sentía y ya. Pero ahora, ahora no sé que hacer, soy puro hielo, puro fuego que se fue enfriando con su despedida, con sus cagadas, con cada decepción. Y así estoy, confusa y con miedo al amor. Que se me pasará, lo sé, por que me conozco y tan pronto me ilusione me volverán a joder, pero cada vez me suenan menos sinceros los te quieros.
Es jodido eso de intentar dormir y que aparezca por mi mente, y romperme. Romperme con cada beso, romperme con cada te quiero, con cada día, con cada momento. Romperme con cada mes, con cada mensaje, con cada foto, con cada texto. Romperme mientras él...pues en fin, él sigue con su vida como si nada, como si no me hubiera querido, como si no hubiera existido. Y solo quiero superar, y no puedo, y me desespero. No quiero que siga doliendo. Quiero acabar con esto, no se lo merece, no me lo merezco. No quiero recordar nada más, no quiero llorar, no quiero sufrir. No quiero ahogarme en lágrimas cada noche y levantarme cómo si nada, y fingir sonrisas. No quiero seguir así, no quiero vivir con su recuerdo. No quiero vivir con sus besos, ni con sus dedos estudiando cada rincón de mi piel, ni con sus ojos mirándome y diciéndome te quiero. No quiero vivir con eso.
Joder, solo le quería a él, quería un futuro a su lado, pero ahora no quiero nada, porque me ha demostrado que no era quién yo pensaba, que no se merece ni una sola lágrima. Y ya no sé que parte de todo esto ha sido verdad, no sé nada. Lo único que puedo asegurar es que aunque lo oculte él tampoco me va a olvidar. Porque sé que en un principio, me quiso. Sé que ellas solo son pasatiempos para no pensar en mí, para fingir que me ha olvidado, para fingir que no duelo, para hacerme sentir que me he equivocado. Sé que todos los días habrá algo que le recuerde a mí, que cuando les bese a ellas desearía que fuera a mí. Y supongo que eso me hace sentir bien, saber que le he marcado en cierto modo. Aunque no me quiera, sé que me recuerda.
Hablaba de luchar cuando le dio igual, cuando todo acabó y dijo adiós, así sin mas.

domingo, 18 de enero de 2015

Hoy te echo de menos.

Hoy es uno de eses días en los que ya no puedo más. Estoy agotada. No puedo ser fuerte. Necesito derrumbarme. Necesito soltarlo todo. Necesito recordarte. Necesito llorarte.
Sigues aquí, en todas partes, sigues siendo en lo que pienso cuando me hablan de copos de nieve, o cuando me piden caricias en la espalda. Sigues siendo en lo que pienso cuando me dicen lo bonito que es despertar al lado de la persona que quieres o cuando veo a una pareja reencontrándose. Invades mis sueños, a veces dueles, a veces me recuerdas como era eso de ser feliz.
Sé que te superaré, lo haré. Porque no somos el uno para el otro, no tenemos un futuro juntos, por muchas veces que pensáramos en ello. Pero mientras no te supero...dueles. Todavía dueles. Duele saber como todo se apagó poco a poco. Y al final...solo quedo yo. Y hablo de superar porque sé que no te voy a olvidar. Porque has sido tan importante para mí, que siempre te guardaré dentro, en secreto. Tanto por lo bueno como por lo malo te has ganado un hueco en mí, y lo has dejado tan vacío que es imposible no saber que existe.
Todavía recuerdo la primera vez que nos vimos. El cosquilleo. Los nervios. Las indirectas que no pillé y las palabras que nos faltaban. Las ganas de un beso nos ahogaban y sí, nos queríamos tanto... Y recuerdo el primer beso, patoso, sincero, bonito, nuestro. Y la primera noche, la mejor de todas sin duda alguna, y la segunda, porque teníamos tantas ganas de aprovechar todo el tiempo que hicimos lo posible por vernos. Y como olvidar las conversaciones hasta las tantas? Las vídeollamadas, las sonrisas, tus piques, mis bromas, nuestros momentos. Nuestros, solo nuestros. Yo era tuya y tu eras mío sin serlo. Porque lo sabíamos, nos pertenecíamos sin pertenecernos.
Y sabes? Hoy te echo de menos.

jueves, 8 de enero de 2015

Yo paraba balas por ti, y al final, eras tú quien apretaba el gatillo

Y lo que más duele es haber dado todo para quedarme sola y rota.
Mis días, mis ganas, mi corazón; todo sobre la mesa.

Sabes? Cuando quieres a alguien no le haces daño. No, no quieres hacerlo. Cuando quieres a alguien no finjes olvidarle de un día para otro, no te refugias en otros por joder.
Cuando quieres a alguien y ves que le pierdes, lo das todo, y si ves que se ha ido, le sigues hasta alcanzarle. Porque cuando de verdad quieres no hay nada que importe. Y esque por amor, hasta la gilipollez más grande del mundo es justificable. Locura.

Al estar enamorado eso de rendirse e ir a por otra es la última opción que se te puede pasar por la cabeza, pase lo que pase, si quieres sigues a pie de cañón. Y sí, tendrás ganas de salir corriendo, tendrás ganas de esconderte entre los primeros brazos con lps que te encuentrasy de cobijarte entre las piernas más abiertas que veas. Pero no, no lo haces, no. Porque ella merece la pena, o al menos cuando estás enamorado.

Hoy en día regalamos demasiados te quieros, valoramos poco y no aprendemos. Hoy en día nos rendimos a la primera de cambio y cuando las cosas no van como queremos nos lavamos las manos y echamos las culpas al resto. Hoy en día damos poco amor, discutimos demasiado y pedimos más de lo que damos. Y sí, te lo digo a ti, a la persona que pasó de llamarme la mujer de su vida a liarse con la primera que pilla en dos días.

martes, 6 de enero de 2015

Tocado y hundido

Le quise como a ninguno, de verdad, lo hice.
Le di todo lo que tenía y más, mejoré por él.
Y la verdad es que dolió cuando lo supe. Dolió tanto que incluso le odié. Y ahora me viene con que estaba equivocado, con que está feliz a su lado, cuando hacía solo dos días me decía que yo era la mujer de su vida. ¿Eso es amor para ti? No me engañes joder, no te engañes. No digas que eres feliz así cuando me mirabas y ardías de amor. En realidad es patético, es patético fingir que has olvidado a la persona por la que has dado tanto, que cada vez que te miraba a los ojos derrumbaba todas tus defensas. Es patético fingir que has olvidado en dos días, cuando me ves y te agarras a ella por joder, cuando haces todo lo que haces para dañarme. Se nota a kilómetros que piensas en mí, que cuando me puse al lado fingiste ser feliz, que todo lo que dices sentir, es por mí.
Y ahí está lo más gracioso, que necesitas montar todo este teatro porque piensas que así me voy a arrepentir, y yo en cambio no necesito nada para saber que algún día te acordarás de mí y te sentirás como un gilipollas por haberme perdido por completo.
Sabes? Por mucho que me duela verte con ella, ya no siento tu ausencia, de hecho ya me he acostumbrado a estar sin ti, y soy feliz, sí. No niego que te quiera, porque todavía lo hago, no todos olvidamos tan rápido el pasado, pero no quiero que vuelvas. 

Dime si me equivoco, porque si lo hago, das asco, por mentir, por hacerme pensar que eras el adecuado.

Un día.

Y no tardaste ni 24 horas en correr hacia ella,
en cambiarme por otra,
en destruir todo lo que tanto nos costó construir.

                                                                        Me siento tan engañada,
                                                                        tan dolida,
                                                                        tan decepcionada
                                                                        y es que de verdad pensaba que me querías, eso creía.

Confiaba en ti como en nadie,
eras mi pilar
y juro que te elegía a ti antes que a cualquiera.

                                                                      No entiendo como pudo ocurrir esto,
                                                                      di tanto por una causa perdida.
                                                                      Y es que joder,
                                                                       te lo di todo.

Tan poco te importaba?
Tan poco me querías?
Tío, no tardaste ni un día.
 
                                                                      Te defendía con uñas y dientes,
                                                                      te comprendía,
                                                                      te perdonaba,
                                                                      te quería.

sábado, 3 de enero de 2015

Por fuera París, por dentro Roma.

Sabes cuál es el puto problema? Que aquí la gente dice te quieros y promete para siempre a lo tonto, y así vamos. Crees que eres la vida de alguien y poco después ves como te substituye. Gracioso, no? A ver si distinguimos de una maldita vez el querer con la mierda esa a la que llamamos amor. Y ahora me siento idiota, idiota por haber dado tanto por alguien que a los dos días ya me ha olvidado. Me has usado y tirado como si fuera una muñeca de trapo, lo has dado todo decías. Y mírate, dándome de lado, cambiándome por otra, ni una semana has tardado. Asco, me das asco. Asco al mirarte, asco al recordarte. Te quería como al que más, y de que ha valido? Eras mi todo, mi primero, mi apoyo. Y ahora no eres nada.
Ya no creo en el amor, no creo en nadie, no creo en nada. Solo quiero desaparecer y que todo este dolor que me llena desaparezca de una maldita vez.
Una gilipollas, eso he sido, por creerte, por darte todo recibiendo lo que he recibido. Y lo más gracioso es que sigo queriéndote, sigo sin pasar página mientras tú ya has cambiado de libro. La rabia me desborda y es que ya no hay nada más que hablar. Mis torres se han derrumbado, lo poco que quedaba de mí está por los suelos. Necesito ayuda, pero no la quiero, cuanto más abajo menos dolorosa será la caída. Estoy cansada. Cansada de ti. Cansada de tus tonterías. Hasta cuando te has ido haces daño. No quiero saber nada de nadie, se acabó.