jueves, 8 de enero de 2015

Yo paraba balas por ti, y al final, eras tú quien apretaba el gatillo

Y lo que más duele es haber dado todo para quedarme sola y rota.
Mis días, mis ganas, mi corazón; todo sobre la mesa.

Sabes? Cuando quieres a alguien no le haces daño. No, no quieres hacerlo. Cuando quieres a alguien no finjes olvidarle de un día para otro, no te refugias en otros por joder.
Cuando quieres a alguien y ves que le pierdes, lo das todo, y si ves que se ha ido, le sigues hasta alcanzarle. Porque cuando de verdad quieres no hay nada que importe. Y esque por amor, hasta la gilipollez más grande del mundo es justificable. Locura.

Al estar enamorado eso de rendirse e ir a por otra es la última opción que se te puede pasar por la cabeza, pase lo que pase, si quieres sigues a pie de cañón. Y sí, tendrás ganas de salir corriendo, tendrás ganas de esconderte entre los primeros brazos con lps que te encuentrasy de cobijarte entre las piernas más abiertas que veas. Pero no, no lo haces, no. Porque ella merece la pena, o al menos cuando estás enamorado.

Hoy en día regalamos demasiados te quieros, valoramos poco y no aprendemos. Hoy en día nos rendimos a la primera de cambio y cuando las cosas no van como queremos nos lavamos las manos y echamos las culpas al resto. Hoy en día damos poco amor, discutimos demasiado y pedimos más de lo que damos. Y sí, te lo digo a ti, a la persona que pasó de llamarme la mujer de su vida a liarse con la primera que pilla en dos días.

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