miércoles, 27 de mayo de 2015

Una bala perdida.

¿Sabéis lo que es encontrar a tu media naranja? No, no hablo de amor. Creo que esta es de las pocas veces que no escribo sobre él o sobre mi roto corazón. Hoy vengo a hablar de algo diferente pero igual de especial. Porque sí, porque tenía ganas y por que hacía mucho tiempo que no decía lo agradecida que estoy por haber conocido a mi niña preferida.
Hoy vengo a hablar de la amistad, de la razón por la que comencé a soñar, a caerme y volverme a levantar, por la que comprendí que la distancia solo son números y que si quieres puedes. Hoy vengo a hablar de la persona que me cambió la vida, y no por ser tan buena amiga, por que por suerte tengo a mi lado a personas increíbles, sino porque simplemente me complementa, es igual a mi y diferente. No quiero decir que sea mejor o peor que las demás, simplemente es especial, es yo pero al revés.
A lo largo de la vida conoces a muchas personas. Unas se quedan y otras deciden tomar un camino diferente al tuyo. Entre las que se quedan, normalmente, son personas diferentes a ti, personas que te hacen ver la vida desde otra perspectiva, personas en las que en algunas cosas eres igual pero en la mayoría diferente. A pesar de ello, personas que permanecen en tu vida, que te hacen feliz, que aprenden a complementarse contigo, que se convierten en imprescindibles y que sencillamente te hacen sentirte agradecida por tenerlas en tu vida. Pero por suerte también te cruzas con alguien especial, con alguien demasiado parecido pero distinto a la vez. La verdad es que aún no tengo claro como explicarlo. Simplemente es otra persona importante en tu vida pero con la que compartes sueños, deseos, pensamientos, miedos, pasiones. Como a nosotras nos gusta decirlo, una es el sol y otra la luna, pero las dos formamos parte de un mismo día. Supongo que esa es la mejor explicación que puedo daros.
En mi caso me crucé con la que ahora es mi mejor amiga, mi compi niñez, mi delfina, mi pequeña, mi niña y cómo no, una parte de mí. Recuerdo que simplemente me convirtió en quién soy y en quién realmente era. Cuando le conocí creo que no se daba cuenta de lo mucho que me ayudaba su presencia en mi vida, de hecho creo que nunca se ha dado cuenta, pero sí, llegó y comencé a vivir. Siempre, siempre ha sido uno de mis mayores apoyos. Cuando le conocí ya estaba rota, o estaba en proceso, pero os juro que nunca había visto a alguien tan joven y tan fuerte a la vez. De ella aprendí a serlo yo, y aquí estoy, luchando por las dos cuando hace falta y viceversa. Me enseñó la verdadera amistad, porque a decir verdad, hasta el momento no había conectado nunca con nadie como con ella, y sí, aprendí a quererla con la distancia a cuestas, y aquí seguimos, aunque a algunos le parecía ridículo. Fue las primeras letras de las que me enamoré, porque compartíamos lo más importante para mí, mi vía de escape, mi vida: la escritura. Y me encantaba cada texto que escribía porque transmitía toda la pasión que yo también sentía, el amor por las letras.
Ya ha pasado el tiempo, mucho tiempo. Más de dos años son los que llevamos juntas pero separadas, y aunque no se lo diga mucho, fue mi bote salvavidas, porque gracias a ella aprendí a ser fuerte, porque cuando una cae la otra está ahí para levantarla y así siempre. Simplemente porque me cambió, y gracias a ella me encanta quién soy. Y que aunque a veces parezca que no pueda más, siempre encuentra la manera de seguir adelante. Se piensa que yo soy la fuerte, pero lo que no sabe es que lo soy porque ella me enseñó. Porque al ser mi otro yo, vi todos mis miedos y mis sueños reflejados, y porque gracias a ella aprendí a tirarme a la piscina de cabeza.
Porque dentro de esa chica hecha pedazos, yo solo veo fuerza.


sábado, 23 de mayo de 2015

Mi más sentido bésame.


Y qué ganas de verte y comerte la vida. Lo siento si he llegado a la conclusión de que no quiero que te alejes nunca de mí, si compartirte me resulta imposible. Lo siento si te pido que estés cada día y que compartamos cada noche. Lo siento si quiero dormir y despertar entre tus brazos.
 Parece una locura ver a donde ha llegado todo esto, y que después de todo este tiempo sigas a mi lado, haciéndome reír, y sobre todo haciéndome feliz.

Y es que aunque muchas veces ni siquiera pueda verte has conseguido permanecer en mi vida y conseguir un lugar únicamente tuyo, has conseguido sacarme diez mil sonrisas y has conseguido conocer una parte de mí que pocas personas conocen. Me has hecho soñar, me has sacado mil carcajadas, has conseguido que te cante de alegría y me has hecho descubrirme a mí misma un poco más. Que es cierto eso de que si quieres puedes y que solo espero que todo lo que hablamos ocurra cuando llegue el momento.
Perdóname si a veces me enfado, o si te grito, o te insulto, o sin querer la cago. Pero hoy quiero que seas tú la persona que permanezca en mi vida, porque como tú siempre dices, "tenemos química". Y mentiría si te dijera que no me muero por hundirme en tus brazos y que me inundes a besos. Mentiría si te dijera que no tengo miedo, miedo de que desaparezcas y esta vez no vuelvas. 
Por que ya te has ido y has vuelto, y a pesar de ello me siento como si estuvieras siempre aquí, como si nunca nos hubiéramos despedido y cogido cada uno un camino. Pero vuelves, vuelves con esa manera tan tuya de ser y de hacerme ser, y algo en mí se activa, y vuelves a invadir mis mayores deseos.
Así que por favor, no me falles nunca.

domingo, 10 de mayo de 2015

Contigo en condicional.

Entre el sí y el no intermitente de nuestro amor. Entre el querer y no poder de cada día. Entre el despertarme pero seguir dormida porque tú no estás en mis brazos, como siempre.
Supongo que al final acabas acostumbrándote a que la gente se aleje, a que todos decidan que no eres la mejor opción. Supongo que te acostumbras a sus idas y venidas, y ya deja de doler cada herida. Supongo que el confiar en alguien y que te falle una vez más te hace darte por vencida, y no luchar por más imposibles, supongo que comienzas a creer que el amor no puede surgir así sin más. Que te conviertes en una persona no de palabras, sino de hechos. Quizá estás tan cansada de dejar que cualquiera entre en tu vida para luego irse así sin más que simplemente te niegas a intentarlo, porque siempre acaba igual. Sabes que te mereces más, pero a pesar de ello acabas siempre por los suelos, decepcionada y prometiéndote que esta será la última vez. Supongo que de nuevo esto es una despedida, una pérdida más.
Pero saldré adelante, como lo hago siempre, porque puedo ser feliz por mí misma, y porque la vida sigue y el tiempo nos sobra de momento.