jueves, 25 de diciembre de 2014

Say something, I'm giving up on you.

Esto me está quemando. Como decirte que eres lo único que quiero en esta puta vida? Que solo necesito una versión mejorada de ti, y sé que existe porque ya la he conocido. Que eres lo más grande que he podido tener y estar a tu lado ha sido lo más bonito que me ha ocurrido. No te imaginas como me duele perderte, y es que sé que nadie me hará sentir como tú lo has echo. Tan completa, tan feliz.
Solo necesitaba eso...que volvieras a darlo todo, a estar dispuesto a todo. Que te comportaras como el chico al que conocí. Que hicieras lo que hiciera falta para estar juntos. Supongo que estabamos tan cansados de sufrir que ya ni eso quedaba, y el amor no fue suficiente esta vez. Nos separamos, quién sabe si diciendo adiós o hasta pronto. Ciegos, ciegos de amor, pero demasiado rotos como para seguir con esto. Que de verdad, que te quise y te querré como a nadie, que te deseo lo mejor aunque sé que cuando te vea bien sin mí me joderá, porque te me has clavado muy adentro, tanto que sé que este vacío no va a desaparecer. Me has marcado de tal manera que ya no me imagino un futuro al lado de nadie que no seas tú.
Escribo sin orden ni sentido, y es que así está mi vida ahora mismo. Me faltas, cuando antes eras mi todo, mi mayor apoyo, mi ilusión, mis sueños, mis miedos. Y que hago ahora sin ti? Se supone que seguir, aprender a vivir con este vacío en el pecho. 

viernes, 19 de diciembre de 2014

Yo podría prometerte el mundo, tú prométeme una madrugada.

Y ella se rompía por él. Lo daba todo,
joder,
daba más de lo que tenía.
Se destrozaba por una sonrisa suya, y si algo iba mal era la primera en estar ahí. Lloraba todas y cada una de sus caídas y le ayudaba a volver en pié. Le aceptaba, le perdonaba, le entendía y dejaba el orgullo a un lado siempre que hiciera falta. Ella, la chica más orgullosa que has podido conocer, ella lo dejaba todo por él.
Llevaba sobre sí todos y cada uno de los pedazos que él mismo había creado con su corazón, y es que la había calado hasta lo más hondo, tanto que acabó por romperla. Los llevaba a cargo, todo ese peso, todo ese sufrimiento, pero consiguiendo que para los demás fueran invisibles. Estaba rota como nunca antes, y se dio cuenta demasiado tarde de que la cosa iba mal, tan tarde que no había solución sin sufrimiento, que ya nada podía remediarse sin acabar por los suelos.
Siguió al pie del cañón, hasta cuando ya ni siquiera se podía sostener, con una confianza ciega, siguió cuando nadie estaba, y encontró razones donde nadie las encontraba. No consiguió decir adiós, no pudo, ingenua le llamaban. Siempre había creído que debía luchar por sus sueños, y que podía hacer, si en todos sus sueños aparecía él?
Solo pedía un poquito de amor, la certeza de que todo volvería a ser como cuando empezó. Solo pedía cumplir sus sueños y ser feliz. Pedía volver a marzo, puto marzo, como la ha marcado. Y es que estaba convencida de que todo podía ser como era, porque se conocía, porque merecía la pena.
No lo tenía, no, ya no se tenían, pero se pertenecían. Sus "corazones" seguían respondiendo a cada palabra y seguían creando electricidad al estar cerca. No ser rindió, nunca lo hizo, y a día de hoy sigue preguntándose si se equivocará, porque perdona lo que no debería de perdonar, e intenta olvidar algo que la ha hundido tanto que nunca lo conseguirá superar.
Así que sí, es verdad eso de que el amor nos hace ciegos. Un ni contigo ni sin ti eterno, un amor de críos que acabó ardiendo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Insomnio con sabor a ti.

Y te paras a pensar en la grandeza de momentos que para cualquiera podrían pasar desapercibidos. Te paras a pensar en lo bonito que puede ser algo tan efímero. Un beso, una mirada, una caricia, una palabra, una sonrisa... No sé, a veces nos acostumbramos, y cosas tan especiales como estas pierden sentido. Esa chispa, esa magia. Supongo que es un defecto humano, esa manía de acomodarnos. Pero cuando te paras a mirar a tu alrededor y ves el mundo que te rodea, cuando lo ves de verdad, cuando te fijas en esos pequeños detalles, el mundo parece mejor por un momento.
Pero hoy no vengo a hablar de eso. Hoy vengo a hablar de lo bonito que es hasta recién levantado, de las ganas de besarlo hasta cuando duerme, de la tranquilidad que me hace sentir al abrir los ojos y ver que está a mi lado, de la belleza de su cuerpo envuelto entre sábanas, de sus labios, de su pelo. Vengo a hablar del arte de dormir entre sus brazos, de la delicadeza de cada beso de buenos días. Vengo a hablar de él, mi octava maravilla.
Por eso empiezo hablando de la grandeza de los momentos, porque eso me hace ver él. Me hace parar y observar cada detalle que hay a mi alrededor, y lo consigue, porque a su lado la vida es más bella. No sé, desde el hola hasta el adiós no tengo problemas, mi mente queda en blanco y solo estamos nosotros dos.
Y ahí todo tiene sentido. A veces, solo necesitas a alguien que te pare y te haga ver que no todo es tan malo si sabes como mirarlo, si sabes con quien estar parado.

El amor es un arte.

Y en ese momento lo comprendes, es él. Llega un día en el que decides olvidar todo, borrón y cuenta nueva. Y pasa el tiempo, al principio estás bien, pero según pasa vas comprendiendo que ese vacío no va a desaparecer. No importa, piensas, mejor vacía y sin el a triste y a su lado. Siguen pasando los días y conoces a alguien nuevo, te saca sonrisas, te cuida, sí, te hace bastante feliz. Pero el vacío sigue ahí y sientes que algo va mal. No sé, según pasa el tiempo sin él vas comprendiendo que lo necesitas, cada día más. Supongo que es verdad eso de que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, y es que este tiempo sin el he extrañado hasta la mayor tontería que decía. Extrañaba cada virtud y cada defecto, recordaba cada momento, y deseaba no perderlo, deseaba estar con él en un futuro, deseaba no olvidarle y encontrar una razón para volver a su lado.
¿Sabes lo que es llegar a un punto en el que perdonarías todo por seguir a su lado? Porque no quieres perderle, porque le necesitas en tu vida, porque te hace sentir bien. No sé, eso hago yo, y quizás me esté equivocando, pero mi corazón manda y aunque está cansado de sufrir sabe que el único ocupa que quiere tener es él. Cambiar, antes era imposible, siempre he creído que quién te quiere te acepta con tus defectos y tus virtudes. Y sí, lo hace, pero a su lado siempre quiero mejorar, quiero crecer, quiero madurar. Quiero ser todo lo que busca, lo que desea, la casualidad más bonita que ha podido conocer. Quiero ser en su vida lo que él ha sido en la mía. Que sí, que por muchas veces que me diga que soy todo lo que busca yo quiero ser más, todo lo que nunca pueda imaginar. 
Que cada parte de mí quiere ser suya, y viceversa.