viernes, 20 de marzo de 2015

Pero se olvidó de que el hielo quema.

Seguí caminando, solo quería escapar de todo, así que en lugar de caminar, corrí. Seguí corriendo hasta perderme. Y no me importaba desconocer mi localización, porque ya llevaba demasiado tiempo perdida interiormente. Dejando que la vida pasara, caminando sin rumbo fijo. Llevaba demasiado tiempo rota, y hoy me daba cuenta por fin. Me daba cuenta de ello porque alguien había intentado formarse un hueco en mi corazón, y no había podido, porque...no tenía, solo quedaban pedazos. Y no quería eso, yo quería vivir, queria amor, quería encontrarme a mi misma de nuevo.
Supongo que el miedo me superaba. Sí, el miedo de que no fuera lo suficiente como para que alguien se parara y reparara mi corazón pedazo a pedazo, a que no llegaran a quererme como yo necesitaba. Supongo que tenía miedo a no volver a saber nada del amor. Hasta que llegó él, y todo el miedo, todo el dolor, se habían concentrado en una única persona.
Llegó con esas ganas de entrar en mi vida y abandonarla, y no me importó, al principio no. Pero con el paso del tiempo...comencé a temer al adiós, comencé a buscar una manera de que no llegara la despedida. Y desde ahí comencé a sentirme realmente perdida, porque lo único que quería era que me quisiera, y no tenía ni puta idea de lo que él sentía.
Supongo que seguí corriendo un rato así sin más, no lo recuerdo, la verdad. 
Simplemente perdí el sentido, esperando a que llegara él y me ayudara a encontrar el camino de vuelta

No hay comentarios:

Publicar un comentario