sábado, 6 de junio de 2015

Punto de inflexión.


Supongo que llevo unos cuantos días rota por dentro. Supongo que tu partida ha significado un punto y a parte en mi vida. Siento que las ganas de amar se me agotan poco a poco, y no es solo por ti, es por toda la mierda que llevo a cuestas. Se podría decir que tú has sido mi punto de inflexión, simplemente porque después de todo el dolor decidí confiar en ti y una vez más me he equivocado. No sé si es mi culpa, o si ha sido la tuya por prometer para luego desparecer. Lo único que sé es que he llegado a una situación en la que por mucho que quiera mi cabeza me impide confiar en nadie más así como así. 

No sabría decir si eso es bueno o malo, pero mi corazón se niega a que sigan entrando y saliendo nombres como si de una estación de tren se tratara. No permitiré que ningún chico defina mi estado de ánimo, pero el vacío en mi corazón sigue ahí. Cuando te conocí hubo una química especial, eso creía. Y después de este tiempo de sonrisas, duele que vuelvas a irte a pesar de lo vivido. Pero lo que duele aún más es saber que como siempre, vas a volver, y yo no podré dejarte entrar en mi vida por mucho que quisiera.


Estoy en una etapa de mi vida en la que aunque no me guste necesito tomarme un tiempo para mí misma, por que sino volveré a caer, volveré a confiar y me volverán a fallar. Porque ahora mismo soy vulnerable, y supongo que tengo una curiosa manera de elegir a las personas con las que quiero compartir mi vida. En realidad tomo unas elecciones pésimas. Por eso necesito cerrarme al amor, creo. Estoy cansada de que mi lista de imposibles crezca, de que nunca funcionen, de no ser lo suficientemente buena, de seguir sumando amores con fecha de caducidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario