martes, 18 de agosto de 2015

Es hora de despedirse.



Puede ser que ya no cuente sonrisas porque no son tuyas.
Puede ser que ahora levantarme por las mañanas ya no tenga sentido porque no estarás tú.
Puede ser que los días ya no sean días desde que no los comparto contigo.
Puede que algún día me despierte y las ganas vuelvan, o puede ser que vuelvas tú y las ganas contigo.
Quizás nos crucemos algún día o puede que te vea en cada cruce  pero no seas tú.
Es triste pensarte y saber que tu no lo harás, quererte y no poder tenerte, sentirte tan lejos necesitándote a tan pocos centímetros.
Es difícil decirte hasta nunca queriendo escuchar para siempre, despertar sola necesitando abrir los ojos y tenerte al lado, mirar tus mensajes y comprender que son de ya hace tiempo.
Creo que nadie está preparado para las despedidas, y menos si son como la nuestra. Tuve que despedirme de cada beso que no te di, de todos los abrazos que me faltaron, de las caricias que no me rozaron, de unos brazos en los que nunca me acurruqué. Tuve decirte adios cuando jamás nos habíamos presentado, en realidad.


Fotografía: Tamara Álvare

No hay comentarios:

Publicar un comentario