viernes, 12 de abril de 2013

Siento frío, y a veces ya ni sonrío.

 Así, la vida pasa, poco a poco, lentamente.
Desde que te fuiste los días son más largos, y las horas eternas. No se mueven, no, las agujas del reloj están quietas. Parece que se fueran a quedar ahí siempre. Parece que haya llegado el final y se agotara nuestro tiempo. Y dime, que hago yo sin ti? Que hago yo sin el tiempo? Que hago yo sin que pasen los segundos? Prométeme que cuando vuelvas aprovecharemos cada uno de los minutos a tu lado. Día tras día miro el reloj, pero aún no se ha movido. Es siempre un domingo de madrugada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario