sábado, 20 de septiembre de 2014

De pensar que ya te tengo aquí a mi lado.

Y entonces pensé en lo que podríamos haber sido y se quedó en condicional. Pensé en las escapadas al salir de clase, en las cenas de aniversario, en el primer beso, en la primera vez, en las llamadas hasta las tantas de la noche y los mensajes de buenos días. Pensé en las madrugadas entre sus brazos y en los anocheceres por Madrid, en los besos de despedida y en los mensajes de reconciliación. Pensé en las comidas familiares y en los viajes a la playa; en el anillo de boda, en el bebé, en as noches en velas entre biberones y llantos; en la muerte a su lado, juntos.
Pensé tanto que comencé a soñar, hasta que abrí los ojos. Éramos dos desconocidos y un cruce de miradas, ni siquiera hola dijimos. Cada uno tenía su vida, él por su lado y yo por el mío. Cada uno por su camino, sin mirar atrás, pensando simplemente en lo que pudimos ser y nunca fuimos.

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