Te marchas. Y yo me pregunto por qué debe ser así, por qué el destino no quiere que estés junto a mí. Te hablo. Y me dices que me extrañas, que la presión de no tenerme te mata y yo lo comprendo tan bien...como si no puidera seguir cuando no estás a mi lado. Te busco. Y no te encuentro, no puedo encontrarte porque ya estás lejos de mi, a 438 km, tal y como era antes. Te lloro. Lloro tu ausencia, aunque sé que volveremos a vernos, pero yo lo quiero ahora, te necesito aquí y ahora, hasta el resto de mis días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario