viernes, 10 de octubre de 2014

Encontrarte al despertar.

Se giró y se vio a si misma, de rodillas y frente a frente. Con la sonrisa desgastada y la mirada vacía de sueños. Reprochándose cosas sin sentido y que en realidad nadie comprendía. Se vio sola y vacía, rota por dentro, rendida; perdida. Ella siempre me decía que estaba feliz, mentía bien la muy jodida, pero llegó un día en el que se quedó sin mentiras que contar, y se derrumbó ante su propio yo. Comenzó a preguntarse que le verían los demás, que era eso que decían que había tan bello en ella. En realidad no estaba tan delgada como decían, no tenía esa sonrisa bonita que los demás le pedían ni ese pelo de revista que la gente quería, o eso creía. Buscaba defectos donde no los habían y eso la destruía más de lo que el resto lo hacía. Tenía las muñecas escondidas para no tener que justificar su cobardía. Y aunque nadie lo sabía, yo sí podía saber qué se escondía tras cada mentira. Se odiaba a sí misma y por mucho que lo negaba sus cambios no eran a mejor.
Se asustó y cerro los ojos.
 Al volver a abrirlos se encontró, más fuerte, más decidida, más feliz, más como siempre había querido ser. Lo juro, era perfecta de la cabeza a los pies, y hacía olvidar cada una de sus imperfecciones al reír. Tenía una risa tan cautivadora...era como todos decían que era, pero por fin lo veía ella misma. Y de sus ojos brotaba esperanza, ilusión. Nuevas oportunidades se avecinan, dijo. Me hizo saber que poco a poco todo iba a mejor, que iba a estar bien incondicionalmente,pese a quien le pese. En su cuerpo todavía quedaban cicatrices, pero curarían, lo aseguro. Conquistaba incluso con su caminar, con su voz, con cada gesto. Qué loco no iba a estar enamorado de ella si era todo lo que podían pedir? Se veía mejor, más verdad, más locura, más amor, más segura, más sencilla,más bonita. 
Bonita por dentro y por fuera, qué digo bonita, ¡PRECIOSA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario