viernes, 20 de diciembre de 2013

Me extrañarías si me voy?

Siento que podría desaparecer, y en realidad, a nadie le importaría. De hecho muchos ni siquiera se darían cuenta. Pienso que ya estoy fuera de juego, y si quiero volver a entrar tendré que coger fuerzas, porque todos llevan ventaja. Sé que no importa, no importa si estoy bien o mal, no importa si lloro o río; eso les da igual. Lo único que importa aquí es ganar con el menor número de cicatrices posibles. Aquí no se preocupan por los demás, aquí todo es egoísmo e interés. Y supongo que así es la vida. Nos regimos por normas que nosotros mismos inventamos, pero no las cumplimos. Queremos que se comporten bien con nosotros pero vamos por la vida clavandola por detrás una y otra vez, vamos haciendo putadas como si fuéramos los reyes. Y no es así, o al menos no debería ser así. Por eso no me importaría desaparecer si por ellos fuera. Suerte que siempre queda la familia, pero no la de sangre, si no eses a los que realmente te daría pena perder y que sabes que llorarían tu pérdida.
Y sigo manteniendo mi pensamiento. Sigo creyendo que si hoy me fuera,  llorarían dos o tres, durante unas horas como mucho. Y luego lo olvidarían. Así resuelven ellos los problemas, dándolos de lado, ignorando, olvidando; o por lo menos, intentándolo. Pero si algo he aprendido es que algún día esas cosas te pillarán desprevenida, y te derrumbarán.
Por eso digo que podría desaparecer, porque si el juego trata de venganzas, de quien es más fuerte...no quiero jugar. Quiero jugar al blanco y negro, al poli y el caco. Quiero jugar a lo positivo y lo negativo. Quiero, por una vez, sentir que si desaparezco (negativo) alguien se daría cuenta y de verdad lo sentiría (positivo). Quiero pensar que no existo para ser un adorno.

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